El Almirante José Pascual de Vivero

La historia de la humanidad rebosa de personajes y protagonistas que no han tenido la suerte o ventura, cuando no justicia, de llegar a las páginas de los libros de historia, que constituyen el exclusivo interés de especialistas y eruditos, que no han trascendido al gran público que les debe el homenaje, gratitud o simple memoria que merecen. El vicealmirante José Pascual de Vivero es uno de esos personajes, un protagonista clave en la formación de la Armada Peruana del que apenas los peruanos tienen conocimiento, una mínima noticia. En ese sentido, no resulta exagerado sino un acto de justicia llamarlo el organizador inicial de su armada, pues estuvo al frente de la misma desde 1822 hasta 1833, en los años aurorales de la República. Pese a ello, no ha merecido hasta hoy un trabajo que reconociera el enorme esfuerzo que llevó a cabo en aquellos dramáticos y difíciles momentos y con recursos siempre tan escasos cuando no inexistentes.

Nacido en Sevilla, sirvió en la Real Armada en diversos lugares antes de arribar al Perú como comandante del bergantín Peruano, en 1795. Ocupó en distintas ocasiones y circunstancias la comandancia del apostadero naval del Callao, puerto principal y estratégico en el virreinato más importante del imperio español en este continente. Pasó luego a servir en Chuquisaca y Guayaquil, siendo el último gobernador realista de dicha región, ya como brigadier de marina, equivalente al grado actual de contralmirante, lo que habla bastante de sus merecimientos como marino.